Adam Driver, para mi, era un actor regular, nada destacaba en sí de él. Sentía que su presencia era de lo mas normal. Había una película en especial que sentí que daba algo un poco distinto, sin embargo, fue líneal de todas maneras. Driver, en Peterson, era un poeta que encontraba belleza en lo más mundano. El guión era delicioso, pero en si, su actuación pudo haber dado más.
Pues, Adam Driver, para emoción de todos, ha perfeccionado su arte, y en ésta película, explota en genialidad. Scarlett Johansson apenas puede seguirle el paso, aunque en la historia, ella lleva la mayor parte de la historia, Driver da el alma y vida a la película.
Una historia de un matrimonio es el final de uno. Es ver lo más bueno y lo mas horroroso de aquella persona de la que te enamoraste por completo. De haberla puesto en un pedestal, de haber cedido vez tras vez hasta mirarte al espejo y preguntarte "¿en donde quedé yo?"
A pesar de ser un film de arte, o, distinto a lo que se encuentra acostumbrado la mayoría de la audiencia, es audaz, fuerte, te habla de sentimientos cotidianos, que muchas parejas terminan sintiendo. Es la representación más perfecta de la muerte del amor. De la lucha, la locura y, principalmente, la desdicha de las dos partes por igual. Cada una, a su manera de vivir con la situación.
Algunos actores de reparto, le dan autenticidad y redondean la historia con sus participaciones. Se convierten en guías de los personajes perdidos en el área legal.
La mejor parte, sin duda alguna es la pelea final. Esa discusión es desgarradora en todos los sentidos. Los dos personajes sacan absolutamente todo, cada lagrima que debió ser compartida desde un inicio, es impresionante, es fuerte y es bellísima. Simplemente digna de admirarse como una pieza única. Impresionante. ¿Ya lo había dicho verdad? Es que, se me acabaron las palabras.
Dirigida a la perfección por Noah Baumbach, creo que es muy buena película, con todo en su lugar. Nada fuera de tiempo.
La recomiendo con la mano en mi corazón, pero, si acabas de vivir algo parecido, te aconsejo que la veas con un amigo o amiga que pueda darte un abrazo al final, porque te juro que lo vas a necesitar.
Tita.
Pues, Adam Driver, para emoción de todos, ha perfeccionado su arte, y en ésta película, explota en genialidad. Scarlett Johansson apenas puede seguirle el paso, aunque en la historia, ella lleva la mayor parte de la historia, Driver da el alma y vida a la película.
Una historia de un matrimonio es el final de uno. Es ver lo más bueno y lo mas horroroso de aquella persona de la que te enamoraste por completo. De haberla puesto en un pedestal, de haber cedido vez tras vez hasta mirarte al espejo y preguntarte "¿en donde quedé yo?"
A pesar de ser un film de arte, o, distinto a lo que se encuentra acostumbrado la mayoría de la audiencia, es audaz, fuerte, te habla de sentimientos cotidianos, que muchas parejas terminan sintiendo. Es la representación más perfecta de la muerte del amor. De la lucha, la locura y, principalmente, la desdicha de las dos partes por igual. Cada una, a su manera de vivir con la situación.
Algunos actores de reparto, le dan autenticidad y redondean la historia con sus participaciones. Se convierten en guías de los personajes perdidos en el área legal.
La mejor parte, sin duda alguna es la pelea final. Esa discusión es desgarradora en todos los sentidos. Los dos personajes sacan absolutamente todo, cada lagrima que debió ser compartida desde un inicio, es impresionante, es fuerte y es bellísima. Simplemente digna de admirarse como una pieza única. Impresionante. ¿Ya lo había dicho verdad? Es que, se me acabaron las palabras.
Dirigida a la perfección por Noah Baumbach, creo que es muy buena película, con todo en su lugar. Nada fuera de tiempo.
La recomiendo con la mano en mi corazón, pero, si acabas de vivir algo parecido, te aconsejo que la veas con un amigo o amiga que pueda darte un abrazo al final, porque te juro que lo vas a necesitar.
Tita.
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